Hola hola,

Hoy quiero hablar de algo que para muchos puede parecer banal, pero que, de una u otra forma, fue una de las razones que me llevó a crear esta marca: lo que significa vestirse cada día.

Para muchos, vestirse es una rutina, una necesidad básica. Pero para mí, desde que tengo uso de razón y cada vez más, se ha convertido en mucho más que eso.Cada mañana, el acto de elegir qué ponerme no es solo una cuestión de estética o necesidad, es una oportunidad para expresarme, para definir cómo quiero sentirme y presentarme ante el mundo.

Recuerdo que desde muy niña disfrutaba elegir todo mi outfit del día, asegurándome de que cada cosa combinara, desde los zapatos hasta el peinado. Siempre me fijaba en lo que las mujeres a mi alrededor usaban, intentando descifrar su personalidad a través de sus prendas, y hasta hoy, esto sigue siendo una constante en mi vida.

Vestirse es un ritual de autoconocimiento y empoderamiento que me ha acompañado en las diferentes etapas de mi vida. ¿Qué quiero proyectar? ¿Cómo me siento? Al final, la ropa es un lenguaje, una herramienta que me permite conectarme con mi esencia y recordarme mis objetivos, sueños, y lo que quiero transmitir a los demás.

A veces subestimamos el poder que tiene la ropa debido a la asociación superficial que se tiene con este mundo. Pero díganme si no han tenido días en los que un buen outfit les ha levantado el ánimo. Es en esos momentos cuando vestirse toma más significado para mí: es como decir, elijo cómo quiero sentirme y verme en momentos difíciles.

Cuando el exterior parece estar fuera de control, el acto de vestirse se convierte en una herramienta poderosa de autocuidado. Es una forma de reafirmar que, aunque no pueda controlar todo lo que sucede a mi alrededor, sí puedo elegir cómo me enfrento a ello. Mi ropa refleja esa decisión: ¿Quiero sentirme fuerte? ¿Segura? ¿Cómoda? Cada prenda es una pequeña elección que puede influir en mi estado de ánimo y actitud ante el día.

No se trata solo de moda, sino de cómo la ropa influye en nuestra autopercepción y en cómo interactuamos con el mundo. A veces, un buen look puede cambiar la perspectiva de un mal día, darnos ese impulso para seguir adelante o incluso recordarnos quiénes somos en los momentos en que más lo necesitamos.

Todo esto va más allá de una tendencia o una marca. Lo importante para mí es que cada prenda cuente una historia, que tenga un propósito y una intención detrás, que comunique algo. Me he dado cuenta de que, al darle valor a este proceso, mi día comienza de una forma mucho más consciente y me permite estar en sintonía conmigo misma.

Crear Atalá ha sido mi manera de materializar esta experiencia de expresión a través de la ropa. Ha sido la oportunidad de compartir cómo la ropa puede convertirse en un reflejo de nuestras emociones, sueños y aspiraciones.

Sabía que a través de mi marca podía crear algo más que ropa; podía crear una experiencia y un mensaje.Y ese mensaje es claro: vestirse es una oportunidad diaria para conocerte, decidir cómo quieres sentirte y enfrentar el mundo desde tu propia autenticidad.

Compartir esto con los demás es lo que más me impulsa a seguir adelante con este proyecto, porque sé lo importante que es sentirse en sintonía con uno mismo, y creo firmemente que la ropa puede ser una poderosa herramienta para lograrlo. No hay nada más satisfactorio que ver cómo, a través de Atalá, otras mujeres también lo logran.

Al final, para mí no se trata solo de lo que llevamos puesto, sino de cómo nos sentimos al llevarlo. Vestirse es un acto diario de amor propio, un espacio donde cada decisión refleja quién somos y hacia dónde vamos. Y me siento afortunada de poder acompañar a otras mujeres en ese proceso, ayudándolas a expresar su autenticidad a través de algo tan personal como su estilo.

Nos vemos en un próximo blog, 

Marcela.

Marcela Ocampo